La bondad tiene el rostro de Socorrito Romero Sánchez

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Socorrito Romero vive eternamente en sus acciones

Una acción vale más que mil palabras

En el excepcional caso de la Señorita Socorrito, las buenas acciones son muchas.  Sería imposible contarlas todas. Las buenas acciones trascendieron los límites de Tehuacán.  Las acciones benéficas impactaron a todo México y, muchas de ellas permanecen en secreto.

Socorrito jamás alardeó de su enorme trabajo en favor de los que menos tienen. La discreción fue una de sus características principales. La filántropa fue un personaje público, sin buscarlo. Su obra la llevó a ser reconocida por sectores políticos, religiosos y sociales. Sin embargo en sus apariciones públicas, la Señorita fue mujer de palabra breve y concisa.

Lo mismo construyó escuelas, vialidades, centros de reclusión social, casas hogar; reparó templos religiosos; amadrinó a los hijos de sus empleados,  otorgó préstamos, subsidió y constituyó fundaciones de beneficencia, y un laaargo etcétera.

Monseñor Rafael , hoy Tercer Obispo de Mazatlán, quien conoció muy de cerca a Socorrito, afirmó que la Señorita tenía la particularidad de ver a Dios en cada uno de sus semejantes. Por eso tantas buenas acciones. Una mujer de fe cristiana en toda la extensión de la palabra.

Uno de los versículos más conocidos de la Biblia, en el libro de San Mateo, dice: Por sus frutos los conoceréis. La Señorita no sólo fue conocida por sus buenas acciones, sigue viva hasta hoy en, en cada una de ellas. Nadie puede decir algo malo de ella, al contrario. Los tehuacaneros la recuerdan como la excepcional mujer que fue.

Las buenas acciones de Socorrito valen más que mil elogios. Su obra habla por ella. Mujer de gran bondad y talento, que trabajó para vivir plenamente y mejorar la vida me miles de personas.