Garci-Crespo ignoraba el monto de la herencia Socorro Romero Sánchez

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*Diputada pelea sin saber de cuánto es la herencia

**Como ladrones después de una catástrofe hurgando en los restos para hacerse, aunque sea de algo de lo que quedó.

 

Aún hoy, cuando el caso de la pelea de la herencia de Socorrito Romero es un asunto público y ampliamente cuestionado dentro y fuera de los juzgados, los pasos en falso de la diputada demandante asombran a la opinión pública.

Parece que las únicas herramientas de la política poblana en su demanda son la astucia, la suerte, la ilegalidad y los movimientos ridículos que ha realizado desde que demandara y en 2020 pasara por encima de los albaceas legales de la herencia.

La herencia se hizo efectiva desde 2009, una vez que la Señorita falleció y no hubo, hasta entonces, ningún impedimento para la sucesión testamentaria a Estela Romero Bringas, heredera universal.

La hoy diputada autonombrada Olga Lucía Romero Garci Crespi ni siquiera sabía de cuánto era la herencia que dejó la finada Señorita Socorro Romero Sánchez. Investigó todo lo que pudo aprovechándose de su cargo de presidenta de la Comisión Inspectora de la Auditoría Superior de Puebla y cuando la jueza local la nombró ilegalmente “albacea provisional”.

Se sabe que Romero Crespi le encargó a un juez, otro amigo suyo, que investigara a detalle cuáles eran los bienes de la Señorita y a cuánto ascendía la herencia, pues ella estaba tan lejana a la fallecida que lo desconocía por completo.

Una vez que la diputada fue nombrada albacea provisional, ella se encargó personalmente de auditar la empresa, pedir estados de cuenta en bancos y hurgar si le convenía y cuánto podía sacar exactamente.

Desde luego que sabía que la herencia ya había sido otorgada desde el 2009. Sabía que la herencia incluía terrenos, inmuebles y otros valores que poco podría disfrutar. Así que encontró el fideicomiso para los necesitados y desvió robó recursos de él.

La Diputada busca dinero, venga de donde venga y al precio que sea. No sabe cuánto puede obtener, pero es como los ladrones que inevitablemente aparecen después de las catástrofes o desastres naturales y hurgan en los restos para hacerse, aunque sea de algo de lo que sobrevivió. ¡Vaya actitud tan deplorable!