FILANTROPÍA/¿Qué es la economía solidaria?

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Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latam, empresa de capacitación para asociaciones civiles y otras figuras no lucrativas

Las Organizaciones de la Sociedad Civil impulsan la economía solidaria, una alternativa a los modelos económicos tradicionales, basada en principios de cooperación, equidad, y sostenibilidad. Así, en lugar de centrarse en el beneficio individual o empresarial, promueven el bienestar colectivo, inclusión social y respeto al medio ambiente.

Este modelo busca transformar las estructuras económicas y sociales. Trata de promover un desarrollo más justo y equilibrado.

Una de las figuras más emblemáticas con las cooperativas de trabajadores. Ellos también son socios de la empresa. Esto les otorga voz y voto en las decisiones clave de la organización, además de compartir las ganancias de manera equitativa. Esta estructura fomenta la democracia económica, promueve el compromiso y la lealtad de los trabajadores.

Los bancos de tiempo son una forma innovadora de economía solidaria en la que el tiempo, y no el dinero, es la unidad de intercambio. Las personas pueden intercambiar horas de trabajo, como ayudar en tareas domésticas, enseñar idiomas o cuidar a personas mayores, sin recurrir a la moneda convencional. Este sistema promueve la solidaridad entre los miembros de una comunidad y fomenta el uso de habilidades locales.

La agricultura orgánica comunitaria es otro claro ejemplo de economía solidaria, ya que promueve la producción local, sostenibilidad y consumo responsable.

Las finanzas éticas, por otra parte, buscan redirigir el flujo de dinero hacia proyectos que beneficien a la sociedad en lugar de financiar actividades que dañen el medio ambiente o fomenten la desigualdad.

Las energías renovables comunitarias, por otra parte, son una respuesta a la necesidad de descarbonizar la economía y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Mediante la creación de cooperativas de energía, las comunidades pueden generar su propia electricidad a partir de fuentes renovables como la solar, eólica o hidroeléctrica.

El consumo colaborativo, asimismo, es un modelo en el que los bienes y servicios son compartidos entre varias personas o grupos, en lugar de ser adquiridos por cada individuo de forma independiente

Los centros de reciclaje y reutilización comunitaria son espacios dedicados a dar una segunda vida a productos y materiales que de otro modo serían desechados. Estos centros operan bajo principios de economía circular, donde los materiales se reutilizan, reparan o se transforman para crear nuevos productos, contribuyendo a la reducción de residuos y el ahorro de recursos naturales.

Las cooperativas de vivienda son otra muestra de economía solidaria, donde un grupo de personas se organiza para desarrollar, construir y gestionar viviendas de manera colectiva. Este modelo permite a los miembros acceder a viviendas asequibles y de calidad, a la vez que promueve la cooperación entre los residentes y el sentido de comunidad.

La economía solidaria, en sí, no solo tiene beneficios inmediatos para los individuos y comunidades involucradas, sino que también juega un papel crucial en la sostenibilidad a largo plazo. Al poner el foco en el bienestar colectivo y la sostenibilidad ambiental, este modelo ayuda a reducir las desigualdades económicas y a promover un desarrollo social inclusivo. Además, al implicar a las comunidades en la toma de decisiones, fortalece el tejido social y aumenta la cohesión y cooperación entre los distintos actores.