GOBIERNO DE CALIDAD/ Ética en empresas privadas y gubernamentales, asignatura pendiente.

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Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
Arranca 2023 con una reflexión: las empresas públicas y privadas carecen de una política estricta de normas de actuación para prevenir y sancionar conductas no lícitas o cuestionables.
Aunque en general no se asuma que la oficina es un lugar para aprender ética, lo cierto es que se trata del sitio donde se pasa gran parte del tiempo y define en gran medida quiénes somos.
Más aún: el trabajo es una de las áreas en las que es más probable que encontremos dilemas morales y tentaciones de comportarnos de manera poco ética, como falsificar un informe de gastos o exagerar el papel desempeñado en un proyecto exitoso.
Sin embargo, existen distintas acciones que pueden impulsar conductas más éticas en el trabajo y las organizaciones pueden sistematizarlas. Algunas de las más relevantes son éstas:
Integrar la ética en la cultura corporativa. El incluir preguntas relacionadas con la ética en las entrevistas de trabajo, describir los valores de la compañía durante la incorporación, ofrecer capacitación ética específica laboral y considerar la conducta ética parte fundamental de las revisiones de desempeño puede ser relevante.
Cultivar un ambiente donde se permita aprender del fracaso. Para que los empleados crezcan moralmente, deben sentir que pueden admitir errores. Eso requiere un entorno psicológicamente seguro donde tomar riesgos y pedir ayuda no sean tabú.
Promover el aprendizaje en lugar de la vergüenza. La investigación muestra que los transgresores son más propensos a evitar el comportamiento poco ético en el futuro si sienten una sensación de haber causado daño a otros (culpa) en lugar de que uno será visto negativamente por otros (vergüenza). Esto significa alentar a los empleados que cometen errores a centrarse en quién fue perjudicado, pero no criticar quiénes son como personas.
Promover la humildad. Es importante ayudar a los trabajadores a comprender que el comportamiento poco ético en el lugar de trabajo no es simplemente el resultado de unas pocas manzanas podridas, sino que todos somos susceptibles a fallas morales.
La capacitación ética. A menudo centrada estrechamente en lo que se debe y no se debe hacer, puede ampliarse para incluir información sobre los tipos de situaciones en las que las personas tienen más probabilidades de desviarse y los tipos de justificaciones que se usan comúnmente al cometer infracciones.
Impulsar la retribución. Las organizaciones deben dar a los empleados oportunidades para participar en oportunidades concretas para el crecimiento moral, como el trabajo voluntario. La investigación muestra que dar a los trabajadores la oportunidad de servir a los demás, ya sea dentro o fuera de la organización, tiene muchos efectos positivos, como superar el egoísmo, desarrollar una mayor responsabilidad social y promover un enfoque externo.
Aumentar la ética profesional no sólo se aprende en la familia y las universidades. El rol corporativo de la Iniciativa Privada y los gobiernos también resultan cruciales.