Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.
Uno de los mayores miedos corporativos y de vida es “dejar de ser útil”, perder capacidades, destrezas y vigencia. Este antiguo temor se acrecienta ante el arribo de las soluciones tecnológicas. ¿Podrá hacer mi trabajo una máquina, dejará de ser relevante mi rol? Ante esta ola de temores reales e infundados conviene reconfigurar los hábitos de trabajo y mentalidades.
¿Cómo evitar el cese de relevancia en lo que hacemos?
El cambio de mentalidad es esencial. Y un principio que debe considerarse es tratar a los demás como deseas ser tratado. Esto implica maximizar nuestras habilidades t trabajo para servir, no para aparentar o “cumplir”. Es maximizar nuestro potencial para que sirva a los demás.
Este cambio que tiene en un extremo la burocracia y en el otro el sorprender gratamente, sólo puede realizarlo quien conoce el oficio y profesión que ejerce, que se percata de su relevancia a nivel social y corporativo y se siente feliz en ejercerlo.
Si alguno de los tres componentes falla, se destina una labor concreta a la mediocridad y la invisibilidad. Las aportaciones que se realicen, entonces, serán pocas y no significativas.
Por otra parte, el modelo de liderazgo basado en el servicio proporciona lecciones valiosas para tener éxito a través del cambio. Esto es, se deben tratar las transiciones como una oportunidad de renovación.
Los CEO que prosperan durante la incertidumbre a menudo rompen con el status quo y adoptan una mentalidad de adaptabilidad. Cinco pasos pueden ayudar a los líderes a transformar sus relaciones con el cambio.
• Practicar el bienestar como un skil fundamental
• Cambiar de un “status quo” a una mentalidad de “aprendizaje adaptativo”
• Hacer que sea seguro aprender
• Convertir el propósito en el Norte
• Construir conexiones más profundas y diversas
La adaptabilidad también puede fomentar la “conciencia dual”. Esto es una comprensión integrada de los entornos internos y externos, una parte crítica del uso de la calma deliberada para liderar a través de la crisis.
En suma, los componentes anti caducidad de conocimientos, experiencias y habilidades se cimenta en la capacidad de adaptación, resiliencia o cómo afrontar los problemas para salir fortalecidos de ellos, percepción integral que nos permita captar oportunidades. Es lo que algunos llaman mente receptiva. Los otros dos componentes son meditar acciones y reacciones y el quinto componente se refiere a concientizarnos de los acontecimientos, entornos, personas y situaciones.
Si pudiéramos resumir en una sola frase los componentes que nos blindan de la caducidad/obsolescencia, sería estar aquí y ahora, de ahí la relevancia de la conciencia plena o mildfulness. Es lo que augura nuestra capacidad de servir aún en épocas de alta irrupción, volatilidad e incertidumbre.