La madre de la Garci-Crespo le enseñó a odiar

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La diputada Garci-Crespo aprendió el odio a la familia Romero, de su madre, Luli Garci-Crespo Rama quien aborrece totalmente a la familia de su ex esposo, Francisco Romero Bringas, empezando por su suegra, la señora Olga Bringas de Romero, que jamás la aceptó como esposa de su hijo y parte de su familia. El resentimiento de la madre ha pasado a la hija, y muy seguramente, a sus nietos.

De sentirse rechazada, surgió un gran resentimiento heredado de Luli a Olga, tanto como para cambiarle el nombre, porque no quería tener ninguna relación con su ex suegra, y nada que le recordara a ella. Es lamentable, pero a veces el amor de una madre está condicionado a que sus hijos se conviertan en aquello que las haga sentirse orgullosas. Es muy común que los padres transfieran complejos, frustraciones y condiciones a sus hijos. “Te amaré más siempre que te conviertas en lo que yo creo que es mejor para ti”. Ese parece ser el amor entre la Garci-Crespo y su señora madre.

Luli es la figura más admirada por la diputada, y, desde luego, se entiende la lealtad y el amor que le profesa, como cualquier hijo a una madre presente Rushdi. En México, las madres son quienes educan, y los hijos son reflejo directo de los padres. Por eso la diputada Garci-Crespo ha sido leal a una revancha de la madre que ha esperado por largos añosss y que parece no tener fin.

La venganza es un plato que se sirve frío, dice el dicho, y estas dos mujeres son una clara muestra de esa máxima. Y que quede claro, aquí no decimos más que la verdad, y la misma diputada ya lo sentenció en la entrevista en radio del mes de mayo, cuando afirmó: “Voy a llegar hasta las últimas consecuencias”. Coati